11/05/2007

EL AGUA. BENDICION Y MALDICIÓN.

Joaquín Ortega Arenas. Día a día, los medios masivos de comunicación nos enseñan, gráficamente, cual es la situación que vive en estos días el Estado de Tabasco. El exceso de agua de la que lo ha dotado la naturaleza es una bendición, pero hay ocasiones en que, por la imprevisión, el descuido y hasta por la inmensa corrupción imperante en el País, el agua se vuelve una maldición. Casi todo el Estado de sen encuentra bajo las aguas. Los ríos Usumacinta, Grijalva, Carrizal y Samaria se desbordaron y el nivel del agua en la mayor parte de las tierras bajas del Estado, es de mas de un metro sobre el nivel medio del suelo. Sería lo más fácil, echar la culpa a las lluvias que han caído sobre la zona, pero la verdad es otra. Fui asesor externo del Gobierno del Estado de México durante el Régimen de Don Alfredo del Mazo Velez, y me distinguió con su amistad hasta el día de su muerte, así que un buen día, allá por el año de 1962 o 1963, a estas alturas la memoria no es siempre muy fiel, acudí a saludarlo en sus oficinas del Paseo de la Reforma , ya que era entonces, Secretario de Recursos Hidráulicos. Como es natural, estaba ocupado, pero su Secretaria Particular me indicó que esperara y que iba a ver si me podría recibir. Salió de inmediato y me dejó libre el paso a la oficina en la que en una torno a una gran mesa seis personas, además del entonces Ministro, discutían acerca del plan que tenia Don Alfredo para liberar al Estado de Tabasco, y en especial a la zona conocida como “ La Chontalpa ”, de las sempiternas inundaciones que padecía. Uno de los ingenieros presentes, después de que fui presentado por Don Alfredo, me indicó brevemente que se trataba de controlar las aguas de los Ríos Usimacinta, Grijalva, Carrizal y Samaria mediante la construcción de pequeñas presas en su trayecto y una gran laguna artificial en la llamada Olla de la Chontalpa que recibiera y almacenara los excedentes acuíferos y que, además, contaría con una especie de vertedor de demasías directamente hacia el Golfo de México. El Plan, me relató, tenía como principal objetivo el de evitar las tremendas inundaciones que asolaban la zona, y de paso, generar energía eléctrica en las pequeñas represas, y aprovecharlas en la cría de especies de agua dulce propias de la región, y como comentario al margen apuntó, “…en especial el pejelagarto que se está acabando y es muy sabroso.., En la laguna artificial, podrían igualmente colocarse estaciones de producción piscícola y en sus orillas, fruticultura intensiva. Me relataron además que, en los Estados Unidos de Norteamérica, allá por los años veintes y principio de los treintas, el Río Tennesse, había originado tremendas inundaciones en todo el Estado del mismo nombre que acabaron con cosechas, ganado y destruyeron miles de hogares, por lo que el Presidente Roosevelt , en parte para resolver el problema de catorce millones de desempleados producto de la recensión económica de 1929, y en otra para evitar que catástrofes como la que se había presentado se repitieran, determinó construir una cadena de treinta y tantas presas que controlaran para siempre las aguas del violento río. La obra se llevó al cabo en poco más de dos años. Las aguas del río quedaron prácticamente domesticadas desde entonces; cesaron las inundaciones y los daños; la producción de energía eléctrica fue fundamental para el desarrollo industrial del Estado y otros mas aledaños al mismo, y de paso quedó resuelto el problema de la desocupación de los catorce millones de desplazados por la quiebra del 29. Don Alfredo, tenía grandes esperanzas en la realización para el control de las aguas de los ríos Usumacinta, Grijalva , Carrizal y Samaria, de una obra similar a la del Río Tennesse, pero,…terminó el sexenio y el nuevo Presidente, el inteligente Gustavo Díaz Ordáz, seguramente estimo que una obra no planeada por él, no era ni viable ni útil, y nunca se desarrollo el plan que tuve el inmenso gusto de escuchar y alabar. Desapareció la Secretaría de Recursos Hidráulicos, medio substituida por la Comisión Nacional del Agua, presidida por “cuates y amigos” del Jefe en turno, que no tiene ni idea de los problemas que el agua representa y ha representado en toda nuestra historia, y menos aun intenciones de resolverlos a largo plazo. Hoy Tabasco es una vez mas, zona de desastre. Posiblemente se recupere algún día… solo para esperar el siguiente desastre, ya que Tlaloc , vengativo y cruel, se encargará de que llegue se presente en unos cuantos años mas. .

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