2/12/2010

¿QUÉ LE PASA A MI PATRIA QUERIDA?

Joaquín Ortega Arenas. A mi querido amigo Pascual Alejandro López Velarde. ¿Qué le pasa a mi Patria Querida?. No acierto a comprenderlo. Inclusive, no sé si creerlo, pero es tan patente que, con un nudo en la garganta trataré de hacerlo. Las notas oficiales que publican los periódicos al 31 de enero actual señalan que: LA DEUDA INTERNA del País subió 54.25%, y es de TRES BILLONES CINCUENTA Y CINCO MIL CIENTO SETENTA Y SIETE MILLONES DE PESOS. LA DEUDA EXTERNA, subió 16% y es DE CUARENTA Y SEIS MIL DOSCIENTOS OCHO MILLONES OCHOCIENTOS MIL DÓLARES. El Instituto Mexicano del Seguro Social reporta que en 2009, perdieron sus trabajos fijos y dejaron de pertenecer al mismo CIENTO OCHENTA Y UN MIL DOSCIENTOS derechohabientes. Sin que haya guerra, revolución ni nada parecido, nos hemos matado, entre hermanos, en los tres últimos años, mas de dieciséis mil quinientos mexicanos, en “encuentros entre bandas y cárteles” nunca averiguados ni castigados festinados por las autoridades con teponaxtles y chirimías: hemos vendido a extranjeros, todos los recursos naturales que la naturaleza nos dio; petróleo a la española Repsol, electricidad, a las españolas Iberdrola y Unión Fenosa, y tenemos a remate todo lo rematable, incluyendo la “fibra óptica” un logro tecnológico de los mexicanos obtenido , se suponía, para los mexicanos; la inflación, desbocada se ha duplicado en un solo mes del presente año; no hemos podido deshacernos de la maldición del quince uñas Antonio López de Santa Anna y seguimos a pie juntillas, sus malhadados ejemplos, en materia tributaria gravando hasta la miseria y liberando de impuestos la riqueza; nos ahoga el nepotismo mas descarado que en tiempos del mentado quince uñas y perdonamos el asesinato de cuarenta y nueve niños en Hermosillo realizados en su nombre y acatamiento; la ley de la mordaza impuesta en el sexenio delirante 1934-1940, ha llegado a límites inimaginables, para la gran prensa y las dos cadenas de televisión, todo es color de rosa, inclusive la matanza entre hermanos que nos ha llevado a un triunfo rotundo en la “lucha contra la delincuencia organizada”. El Ejército es dueño, inconstitucionalmente desde luego, de las calles y las casa de cualquier mexicano y ahora hasta la Marina, puede verificar “operaciones” en contra de esa malhadada delincuencia organizada en tierra firme, en la Ciudad de la eterna primavera, Cuernavaca, sin necesidad de meter sus barcos en el Salto de San Antón o en la gran alberca de la vieja mansión del emperador Maximiliano I y Carlota; Ciudad Juárez, Chihuahua, la cuna de nuestra dizque Revolución, convertida en fábrica inagotable de cadáveres, es noticia diaria en todos los periódicos y noticieros del mundo entero pero, no importa, nos ayuda a traer turismo; se ha modificado la Constitución para eliminar el derecho a la vida de las garantías individuales. Se permite matar sin violar la ley fundamental; solo un 17% de los mexicanos tiene forma de vivir desahogadamente y 51 % está en la pobreza extrema; vivimos en el terror, pues una denuncia anónima es suficiente para desatar persecuciones, encarcelamientos, “arrestos” y…muerte; las autoridades estatales no existen ni los Estados tienen soberanía, ni leyes ni nada, ni se permite su intervención en las “cosas del estado”; el Congreso, humildemente obedece; las “autoridades” judiciales, humildemente obedecen y … la corrupción general cada día es mayor con nuestro beneplácito, por qué lo peor, estanos ya inmersos en el más descarado cinismo. Viene a mi memoria el posible origen de éste estado de cosas. En el momento en que nuestros conquistadores pisaron territorio hoy de nuestra mártir patria, declararon “propiedad de la corona de España” todas las tierras, aguas y recursos naturales existentes en los territorios “descubiertos” privando, a sangre y fuego, su disfrute y aprovechamiento por los dueños de esos territorios. La tierra a dividieron en Sitios de ganado mayor, sitios de ganado menor, caballerías y peonerías, parcelas de pan llevar y…parcelas de pan comer que son aquellas de las que puede vivir una familia de cinco personas, que destinaron exclusivamente a “naturales, mestizos y castas”. En los años de 1788 y 1789, llegó a la colonia de Nueva España el señor Conde de Gálvez, como Visitador General, y en el lapso que permaneció en estas tierras, elaboró un plan a seguir en el “gobierno” de éstas provincias de ultramar, en el que puntualizó que es la organización ideal para un territorio, hoy País como el nuestro cuya base principal, es conservar a los “indios, naturales , mestizos y castas” , en un permanente estado de miseria y desesperación que les impida libertad de cualquier especie, por que decía, “ se vuelven perniciosos y constituyen un latente peligro para la corona”. Aprendimos la lección y sólo la estamos aplicando, pero ¡hasta cuándo vamos a aguantar! That is the question.

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