9/27/2010

EL BICENTENARIO Y SUS COSTOS ECONÓMICOS.

Joaquín Ortega Arenas. Con absoluta seguridad, el gobierno del cambio siguiendo una línea trazada de antemano, ha endurecido su lucha en contra de la educación, único camino de salvación para las generaciones futuras de mexicanos. Vicente Fox desapareció todas, si, todas las Escuelas Normales Rurales que existían y los alumnos que pretendieron resistir a esa salvaje medida sufrieron toda clase de humillaciones y castigos. Empezaron los ataques en contra de la Universidad Nacional Autónoma de México que llegaron al grado de que el Senador Federico Doring (PAN ) pidió su desaparición y el uso para condominios del campus universitario. La persecución ya casi cotidiana en contra de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, de la Universidad Nicolaita de Michoacán, y en general de todos las Instituciones de Cultura Superior que no son propiedad de congregaciones religiosas. La Secretaría de Educación ha limitado los programas a seguir en las Escuelas a su cargo retirando de ellos la historia de México, el Civismo, la filosofía… Carecemos de memoria histórica. Si bien desde que se fundó la Secretaría de Educación Pública, sólo tres de los titulares merecen nuestro recuerdo: José Vasconcelos, Narciso Bassols y Jaime Torres Bodet. Unos bien a secas y otros mal, se han sucedido como titulares de esa Secretaría hasta llegar a lo peor. Reyes Tamés y hoy Alfonso Lujambio, amafiados con la maestra Elba Esther Gordillo, que desde hace años y años manipula y maneja al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, único medio de acceder al magisterio, vía cláusula de exclusión, tienen vedado a los maestros progresistas el acceso a la cátedra y como consecuencia directa o “efecto colateral”, a nuestro pueblo sumido en la ignorancia. Sin embargo, soñar no cuesta nada. Año con año el presupuesto de egresos de la Federación es mayor en el ramo de Secretaría de Defensa Nacional y Secretaría de Marina, y menor en los ramos de Educación básica obligatoria constitucionalmente establecidos, y ayuda a la educación superior, e insisto, hasta se ha pedido la desaparición de la máxima casa de Alta Cultura de America Latina y la venta de sus hermosísimo campus, hoy elevado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad y su venta para la construcción de condominios de lujo. Esa es la realidad, y ahora van mis sueños. Soñé que con ahorrarse los gastos que ha ocasionado la falsa conmemoración del bicentenario de la independencia, que al decir de la prensa sólo en la Ciudad de México y la de Guanajuato, juntas, se elevó a dos mil millones de pesos, podrían haberse construido en el Distrito Federal, (700 millones), una Escuela Normal Rural en cada Estado de la República con todos los adelantos pedagógicos existentes en las normales de otros países del mundo, tal vez como Francia. Con los mil trescientos millones de pesos que dicen costó la Exposición montada a unos cuantos kilómetros de la Ciudad de Guanajuato, podrían haberse construido Normales Rurales en todos los Estados del País con escuelas experimentales anexas; hospitales de zona igualmente anexos al complejo educativo, campos experimentales, bibliotecas etc. Podría haber quedado al Estado de Guanajuato para la construcción en cada uno de los Distritos del mismo , un complejo semejante, con sólo los treinta y nueve millones que costó una sola estatua colocada en la Exposición. Podrían haber pasado tantas cosas para conmemorar verdaderamente el Grito de Dolores… La necedad del Estado Mexicano por ahorrar dinero en la educación del pueblo, del verdadero pueblo, ha traído como consecuencia un gran monopolio de la Educación Superior por las Congregaciones Religiosas y una grave incursión en la Educación elemental por las mismas que día a día han venido minando la laicidad constitucionalmente establecida para la educación elemental, conquistada por la Reforma, defendida y plasmada en la Constitución de 1917 y destruída poco a poco pero indefectiblemente partir del 1 de diciembre de 1982. No importa además que la educación en escuelas particulares sea especialmente cara, sino al contrario, alegra a las autoridades que por esa circunstancia estén cerradas para el pueblo. Es necesario recapitular en el tema. Tal parece que no nos han bastado cuatrocientos años de sufrir ese problema, ( restados los diez años de la Reforma) en los que hemos sentido, palpado y sufrido los resultados de ese retraso. Urge detener la debacle que se aproxima ya y recuperar el tiempo perdido buscando por todas las vías legales a nuestro alcance una verdadera REFORMA EDUCATIVA y financiera que la sostenga, antes de que sea muy tarde.

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