11/20/2010

20 DE NOVIEMBRE DE 1910.

Joaquín Ortega Arenas. Hoy, 20 de noviembre de 2010, sin alterar la temporalidad de las cosas con ánimo no de recordar, sino de descansar como se ha hecho costumbre, publicamos esta colaboración anticipando el ritmo que hemos establecido de hacerlo sólo los lunes. Eufóricos y dilapidadores de lo que no tenemos, estamos festejando el primer centenario del inicio de lo que pomposamente llamamos “La Revolución Mexicana”. ¿Cuál revolución ha habido en México? Para los diccionarios decir “revolución” implica “REVOLUCIÓN.(Del lat. revolutĭo, -ōnis). 2. f. Cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación.3. f. Inquietud, alboroto, sedición.” Con el Plan de San Luis, publicado el 5 de octubre de 1910, cuando su autor Francisco I. Madero se encontraba viviendo en San Antonio Texas, Estados Unidos, sólo buscaba “SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN” . Porfirio Díaz llevaba ya muchas reelecciones y el sufragio era constantemente violado por lo que llamamos “la dictadura” del ya anciano militar. Han trascurrido cien años desde el día en que haciendo eco al llamado de Madero, unos cuantos inocentes trataron de levantarse en armas en la fecha prefijada por el caudillo, 20 de noviembre de 1910 a las seis de la tarde. Los hermanos Serdán, fueron asesinados el día 18 en la Ciudad de Puebla. Sus preparativos eran tan ostensibles que las autoridades los detectaron y frustraron el pretendido levantamiento. Nuestra historia guarda celosamente los nombres de algunos otros seguidores en la aventura iniciada por Madero, pero de cierto podemos afirmar que ninguno logró absolutamente nada que pudiera considerarse una “Revolución”. El puesto fronterizo entre México y Belice se denomina “Teniente López” y, cuando inquirí por el motivo de llamar así a ese lugar, el encargado me comentó: “Fue un tonto que se levantó en armas el 20 de noviembre de 1910 a la hora que señaló Madero y para las ocho de la noche ya lo habían matado”. La situación continuó intocada hasta que un día del mes de mayo de 1911, se presentó ante el Jefe de la Guarnición de Ciudad Juárez el señor Madero, en compañía de los “generales” Francisco Villa y Pascual Orozco y tres mil quinientos jinetes perfectamente armados y montados que se suponen eran las fuerzas que los “generales mandaban” aunque en realidad estaban al mando de un sudafricano, Bujami Johannes Viljoen y Pippino Garibaldi condotieros del Siglo XX. Madero solicitó la rendición de la plaza al General Juan N. Navarro, Jefe de la Guarnición, quien se negó, a pesar de la enorme diferencia que existía, numérica porque los defensores de la Plaza eran menos de mil efectivos y los atacantes tres mil quinientos y en materia de armamento, ya que los defensores contaban con una capacidad de fuego de sólo un día y fusiles y carabinas del Siglo XIX y los atacantes perfectamente armados y montados, llevaban ya carabinas y revólveres de repetición de las usadas por el ejército norteamericano. Hubo un detalle, sigilosamente guardado, pero ampliamente relatado por Carlos Pereyra en su Historia: El Coronel Steaver, comandante de la guarnición de El Paso, Tex., fue a Ciudad Juárez a advertir al General Navarro que su gobierno veía con malos ojos los disturbios en la frontera y tenía instrucciones de intervenir si éstos continuaban. Informado el General Díaz, a quien torturaba desde hacia tiempo un terrible dolor de muelas, ordenó la rendición de la Plaza, lo que ocurrió el 10 del mismo mes. El General Navarro, en sus partes enviados a México en el mes de abril de 1911, señalaba calma total y la presencia en la zona de dos partidas de “bandoleros”, Doroteo Arango, que se hace llamar Francisco Villa y Pascual Orozco. Nos relata la historia que, “…El 9 de mayo de 1911, Francisco Villa ordenó el saqueo a la casa comercial Kettesen y Degatau y un año más tarde las fuerzas armadas de Orozco volvieron a atacar el mismo establecimiento; quemaron la tienda en su totalidad y se llevaron bienes con un valor de un cuarto de millón de pesos. Los hoteles Porfirio Díaz y México fueron utilizados como cuartel por los revolucionarios, quienes abrieron cantinas, robaron la joyería El Rubí y saquearon las farmacias…” Los 3500 jinetes que comandaban Viljoen y Garibaldi no intervinieron en esos actos. En cuanto renunció Porfirio Díaz, en forma muy sospechosa Madero “licenció a las tropas revolucionarias” e incorporó poco a poco a los “Generales” al Ejército Federal en cuanto tuvo plenos poderes. La Historia, lisa y llana, hiere pero la verdad no peca. La trayectoria de Francisco Villa es por demás conocida y resultó muy útil para forjar la leyenda de lo que llamamos “Revolución”. Pascual Orozco, nunca olvidó ni abandonó sus grandes dotes de bandolero a secas; siguió su vida de traición en traición, y cuando se sumó a Vitoriano Huerta, fue aprehendido por Emiliano Zapata, quien lo hizo fusilar el 30 de agosto de 1915, previo recado de que “…la Revolución adherida al Plan de Ayala no estaba dispuesta a tratar con traidores…” De los principios esgrimidos por Madero en su “Plan de San Luis”, NADA, absolutamente nada. No SUFRAGIO EFECTIVO hasta el día de hoy, con una democracia aderezada y preconcebida por las grandes cadenas de televisión. De NO REELECCIÓN, en principio traicionada por Plutarco Elías Calles para permitir que en 1928 fuese candidato a la Presidencia Álvaro Obregón que, una vez electo, por cambios en la política, fue asesinado. Corregido el error y sustituida la elección democrática por una especie de sucesión monárquica en la que el ”señor Presidente” designa a su sucesor, según dice el pueblo, “para que le cuide las espaldas”, y que se cumple “de grado o por fuerza” el País siguió su curso. He sido testigo de TRECE elecciones presidenciales y a fuerza de ser sincero ninguna de ellas, excepción hecha quizá de la de Fox (2000), dejaron dudas y más dudas, y en alguna, 1940, hubo asesinatos y robo de urnas; en otras, “urnas embarazadas”, o “se cayó el sistema”. En la “elección de 2006” El TRIFE, Tribunal designado por la Presidencia de la República, resolvió y premiaron a los magistrados resolutores con UN MILLÓN DE PESOS A CADA UNO. Los diarios de la Capital festinaron ampliamente la nota. ¿Para qué le seguimos? TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS los mexicanos sabemos la verdad, pero por si las dudas, …callamos….y obedecemos acatando la orden emitida desde hace más de doscientos años por el Virrey Marqués de Croix: "de una vez para lo venidero deben saber los súbditos del gran monarca que ocupa el trono de España que nacieron para callar y obedecer y no para discutir ni opinar en los altos asuntos de gobierno".

No hay comentarios.: