3/13/2011

JUS (non) SEMPER LOQUITUR. “ El INTERÉS NACIONAL.”

Joaquín Ortega Arenas. El asunto relativo al “interés nacional” ha sido quizá la causa determinante de los vaivenes políticos que desde hace 200 años estremecen a nuestro País. Iniciamos nuestro “vía crucis” en el año de 1909 en que tomó posesión como Presidente de los Estados Unidos de América William Howard Taft. De entrada en un discurso dijo: "No está lejano el día en que tres banderas de barras y estrellas señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá, y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro, de hecho como, en virtud de nuestra superioridad racial, ya es nuestro moralmente…" Con ese triste antecedente se verificó el 16 de octubre de 1909 la célebre entrevista con el Presidente Porfirio Díaz, en la que sin ningún recato solicitó el mandatario norteamericano que se concediera permiso para que la armada de su país se estableciera en Bahía Magdalena, Baja California, a la que Díaz se negó. Puso en la mesa de discusiones la posibilidad de que se construyera un canal interoceánico en Tehuantepec. Díaz ni siquiera contestó. Pretendió que en el tratado que se iba a firmar se otorgara preferencia comercial al País del Norte y se negara con los Países europeos. Díaz se negó. Taft no pudo ocultar su disgusto y meses después a mediados del año 1910 rompió el Tratado de Extradición vigente entre ambos países; permitió la entrada a Estados Unidos de Francisco I. Madero y lo apoyó en la preparación del inicio de la Revolución Mexicana. Cabe agregar que como respuesta a los reclamos de Taft, Díaz ordenó construir fortificaciones en Bahía Magdalena y artillar Puerto México, hoy Coatzacoalcos, (Cerro de San Martín) y Salina Cruz (Cerro del Marqués). Cayó Díaz. La revolución triunfante llevó a Madero al Poder y las insistencias en torno a diversas peticiones formuladas por el Embajador de los Estados Unidos Henry Lane Wilson no fueron escuchadas por Madero. Hubo quien se comprometiera a dar cumplimiento a esas insistencias, Victoriano Huerta, y Madero fue impunemente asesinado. El plan para el asesinato fue elaborado precisamente en la Embajada del País del Norte, en la Calle de Puente de Alvarado y se le conoce sin recato alguno, como “Plan de la Embajada”. Huerta Presidente de la República a su vez, se negó a dar cumplimiento a las constantes peticiones francamente vejatorias de la soberanía de México y el nuevo Presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson rompió el “pacto de la Embajada” y decretó un embargo de armas contra México. Cayó Huerta en el mes de abril de 1914, caída en la que tuvieron mucha influencia la derrota del ejército federal en Zacatecas y la toma el 21 de abril, del Puerto de Veracruz por la Armada norteamericana aparentemente sin previo aviso ni declaración de guerra, provocada únicamente porque a aquel puerto llegaría el barco Ipiranga, con bandera alemana, conduciendo armas y parque para Victoriano Huerta. Decimos aparentemente, porque Carranza dio órdenes al General Gustavo Mass, bajo cuyo mando se encontraba el Puerto, para que lo abandonara antes del desembarco de los marines norteamericanos. Tuvo el que esto escribe oportunidad de conocer el telegrama original, que guardaba celosamente la hija mayor del General, Maestra Ana Mass de Serrano. Influyó, además, que el antiguo senador y Gobernador de Coahuila Venustiano Carranza, con mayor visión que sus antecesores entendió que las peticiones de nuestro vecino del Norte eran asuntos de “Alto Interés nacional”. Se levantó en armas contra Huerta con armas y dinero que le fueron proporcionados por los Estados Unidos; derrocó a Huerta y fue electo Presidente de la República. Un acto inusitado interrumpió temporalmente los planes de Carranza. Dos de sus secretarios de estado, Plutarco Elías Calles, Secretario de Industria y Comercio y Álvaro Obregón, ex secretario de Guerra y Marina inconformes con que figurara como candidato a suceder a Carranza, un civil, armaron un golpe de Estado contando con todos los militares que los apoyaban. Carranza pretendió refugiarse como lo había hecho ya en 1915 en el Puerto de Veracruz con una escolta del Colegio Militar, injustamente no considerada como otra marcha de la lealtad. El convoy fue detenido en la estación poblana de Algibes. Obligado Carranza a abandonar el tren se dirigió a caballo a pernoctar en el poblado de Tlaxcalantongo, en el que fue asesinado por tropa irregular de Rodolfo Herrero, por instrucciones del Teniente Coronel de Caballería Lázaro Cárdenas del Río. Electo Presidente Álvaro careció de reconocimiento por el Gobierno de los Estados Unidos hasta el mes de agosto de 1923, en que concluyó sus trabajos la "Convención Especial de Reclamaciones "por pérdidas sufridas por ciudadanos o sociedades de los Estados Unidos de América por causas de las guerras de la Revolución Mexicana”, llamados “Los Tratados de Bucareli”, cuyo contenido final obligó a México a pagar con bonos las propiedades expropiadas menores a 1755 hectáreas, y de contado inmediato, las de mayor extensión; que ni el artículo 27 Constitucional ni la Ley Agraria 6 de enero de 1915 eran retroactivas y que por ello las compañías petroleras seguirían explotando libremente el petróleo. Además México se comprometió a no desarrollar industria petrolera, bélica, aérea o marítima durante los siguientes 75 años. A cambio, los estadunidenses venden productos ya manufacturados a México a precio preferencial. El Tercero de los Tratados es secreto hasta el año de 2023, se dice que contenía el compromiso de asesinar a Francisco Villa. Desde entonces el “Alto Interés Nacional” ha quedado constreñido en ese marco. En el sexenio de 1934-1940 entraron bajo su amparo a México, entre otras empresas, “Coca Cola “ Co., “Monsanto Quimical Corp.”, “Union Carbide”, “Procter&Gamble”, “Sydney Ross”, etc., que gradualmente han sacado del mercado a miles de comerciantes e industriales mexicanos. El efecto producido por la interpretación a lo que ya es “el alto interés nacional”, se ha multiplicado a partir del sexenio 1964-1970 hasta llegar un momento en que de nuestra naciente industria, ya no queda nada; Petróleos Mexicanos ha pasado a ser un nombre histórico, pues ha delegado casi todas sus funciones; los Ferrocarriles nacionalizados, fueron declarados desaparecidos por Vicente Fox y se vendieron a 0.68 por kilogramo, para dar entrada a los grandes trailers fabricados en Estados Unidos; la energía eléctrica “nacionalizada por López Mateos”, ha sido sustituida por las empresas Españolas Repsol, Iberdrola y otras; para evitar que los norteamericanos consuman drogas que pasan por México necesariamente, emprendimos una lucha inútil, costosa y sangrienta y brutal en contra de los que llevan la droga a Estados Unidos, etc. Los Bancos, (únicos manejadores impunes del dinero con el que se pagan las armas compradas y las drogas vendidas), se han convertido en intocables por la “•justicia mexicana” A cambio de esas acciones hemos descuidado la educación, (Declaramos desaparecida la filosofía de los programas educativos); la salud; la conservación del empleo; el control de precios de la canasta básica, de las medicinas, ya inalcanzables para el mexicano común, que debe morir por falta de dinero; de todos los artículos de primera necesidad… Desgraciadamente la justicia , toda, ha sido incorporada a esta lucha. ¿A qué le tiras, mexicano?

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