9/25/2011

¡ AY CALÍGULA Y AY NERÓN!

Joaquín Ortega Arenas

Hace ya muchos años, tantos, que hemos perdido la cuenta, acudimos al Juzgado de Primera Instancia de la Ciudad de Tula, Estado de Hidalgo, a atender un asunto penal. Mientras el señor Juez fijaba la fianza que debía entregar por la libertad de mi defendido, me entretuve levantando del suelo diversos expedientes que en el “Archivo” del Juzgado existían. Grande fue mi sorpresa cuando encontré un legajo como de quince expedientes con una fajilla que decía “Anno 1521 “. Me pareció insólito y abrí el legajo. Contenía, debidamente numerados 15 expedientes relativos a juicios ventilados el año de 1521, ORIGINALES, y en perfectas condiciones. Salió mi defendido, y sin demora alguna me dirigí a Pachuca para relatar ese hallazgo al Gobernador, Lic. Quintín Rueda Villagrán, mi conocido de hacía algún tiempo y le relaté mi hallazgo. Suspendió sus labores de inmediato y me pidió que lo acompañara de regreso a Tula, en donde meticulosamente y durante más de tres horas hurgamos el “archivo” rescatando todos los legajos que contenía de 1521 a 1810, los que ordenó se concentraran en el archivo judicial de la Ciudad de Pachuca.

Viene a mi memoria esta anécdota, porque los Tribunales Federales y del Fuero Común ignoro si nada más en la Ciudad Capital o en toda la República ESTÁN INCINERANDO todos los expedientes concluidos, dizque “porque no tienen dónde guardarlos”.

El ejemplo viene, desde luego, del emperador Romano Nerón, (30-69 D.C.), que gobernó a los romanos de 58 a 68 D.C., año en que fue asesinado. Según los historiadores Suetonio y Dión Casio, él causó el incendio que destruyó Roma la noche del 19 de julio de 64 para reconstruir la ciudad a su gusto y escribía versos mientras el fuego ardía.

La “quema de expedientes”, en pocas palabras, es una verdadera salvajada que puede tener como objeto el de que los terribles fallos de esos tribunales no sean conocidos por la posteridad, o peor aún, que desaparezcan de inmediato sin dejar huella. A los litigantes no nos está quedando más recurso que en el momento mismo que se publica la sentencia, solicitemos y obtengamos copia certificada , lo que ya no sería posible unos cuantos días o meses después. De otro modo, la obtención de un derecho, el que sea, después de un largo y costoso juicio, como son todos en México, queda convertido en humo y nos obliga a volver a empezar el mismo juicio en mucha ocasiones. Nuevo juicio, sujeto a los avatares de una justicia errática y muchas veces veleidosa. ¡Ah que Nerón!

La otra amenaza que desde hace un par de días pende sobre nuestras cabezas, es el proyecto de Código Penal y Código Federal de Procedimientos Penales, enviado al Congreso de la Unión para su aprobación, promulgación y publicación. El Periódico “ La Jornada , señala como su contenido:

“…autoriza detenciones en caso de urgencia” mediante un sistema de “investigación sin autorización judicial”, que incluye el cateo de domicilios por denuncia anónima, revisión y grabación de personas y vehículos, el uso de llamadas telefónicas entre particulares y conformar un cuerpo de “agentes infiltrados”.

De manera similar a la reforma que se plantea a la ley de seguridad nacional, Calderón propuso a los diputados que la policía grabe en video las inspecciones a vehículos, que en una conversación por teléfono quien participe en ésta pueda entregarla como prueba, “y de esta manera no se altera la confidencialidad de las comunicaciones”.

El Presidente también requirió aprobar el seguimiento de personas y operaciones encubiertas para combatir a la delincuencia organizada. Dichas operaciones, argumentó, se realizarían “en modalidad de aparentar la realización de actividades ilícitas o mediante la infiltración de agentes en un grupo delictivo, con la finalidad de conocer la organización, formas de operación y ámbitos de actuación e identidad de los miembros de diversos grupos delictivos”.

La iniciativa, turnada a la Comisión de Justicia, incorpora cambios al sistema de justicia penal para que los juicios sean orales, se videograben y sean públicos, excepto en casos de secuestro y cuando la víctima corra peligro, y se reconoce que a un detenido acusado de delito se le considerará inocente hasta que se le pruebe lo contrario y en esa etapa se le tratará como imputado.

Se incluye un apartado de derechos de la víctima, se establece que en el juicio no se admitirá cualquier prueba obtenida con violación a derechos humanos, se incluye la notificación judicial por correo electrónico, legaliza las recompensas por denuncias anónimas y acota que la prisión preventiva será el último eslabón de la cadena procesal.

Esta última sólo se aplicará de oficio en delitos dolosos, violación, secuestro, trata de personas, delitos cometidos con medios violentos, así como los que atenten “contra la seguridad de la nación”, el libre desarrollo de la personalidad y contra la salud.

El proyecto de Calderón expone que la prisión preventiva podrá admitir excepciones, como el hecho de que el imputado sea mayor de 75 años de edad o mujeres embarazadas o en lactancia, y enfermos graves o en etapa terminal, salvo, indica, cuando el imputado “pueda sustraerse de la acción de la justicia o manifieste una conducta de alto riesgo social”.

En la exposición de motivos, el titular del Ejecutivo afirma que el nuevo sistema penal “plantea constituirse como necesaria respuesta del Estado a los ciudadanos en su derecho a una justicia pronta y expedita; a una administración e impartición de justicia brindada por instituciones respetuosas de la legalidad e integradas por personal capacitado, procedimientos transparentes y expeditos”.

Esta proposición, nos trajo a la memoria al Emperador Calígula, que otorgó a su caballo “Incitatus”, trato de alto funcionario de su gobierno. Mandó construir para él una caballeriza de mármol, con pesebres de marfil, y dotó la casa palacio y a Incitatus de servidores y mobiliario de lujo para que pudiese recibir dignamente a las personas que le mandaba como invitados. La leyenda cuenta que Calígula dormía en los establos junto al caballo y decretaba silencio general a la ciudad mientras dormía, bajo pena de muerte a quien no la respetase.

El símil que planteo, es por el temor de que los señores Diputados, según se ve, han olvidado mediante enormes “prestaciones” su origen democrático-popular y los señores senadores con mayores percepciones y un nuevo Palacio, peor. Han demostrado carecer de la más leve sensibilidad para asuntos de esta envergadura y puedan aprobar esas reformas y leyes, dignas del más puro sistema nazi que imperó en la Alemania de Hitler, del fascismo Mussoliniano , del terror en el que el General Francisco Franco, (… por la gracia de Dios Caudillo de España) sumió durante 40 años a la Madre Patria , y la sanguinaria dictadura de la G.P.U., en la Rusia de Stalin. ¡Que Dios nos agarre confesados!

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