6/16/2012

LOS FERROCARRILES EN MEXICO.

 

Joaquín Ortega Arenas.

Hjalmar Schacht (1877-1970) autor intelectual de la recuperación de Alemania concluida la Guerra Mundial 1914-1918, al ser interrogado acerca de esa milagrosa  recuperación, simplemente  contestó “…construyendo ferrocarriles y fábricas de ácidos…”
En el “Programa Para Gobierno 2012-2018” de uno de los candidatos que fue enviado a mi correo, he leído con verdadero asombro porque se trata de un verdadero programa seguramente pensado y calculado por investigadores en economía de primerísima clase, sin excesos ni desperdicios. Es la segunda vez en mi vida que, con anticipación a la toma de posesión de un Presidente de la República se da a conocer “el programa de gobierno”. La primera vez ocurrió a principios del año de 1934 en que a los escolapios se nos “obligó” a leer el “Plan Sexenal” elaborado por el callismo en 1928, que no se pudo desarrollar de inmediato por la muerte prematura de los tres candidatos a la primera magistratura y se retrasó seis años.
Por mera curiosidad lo guardé y aun lo conservo y la verdad, nada tiene que pueda considerarse un verdadero “plan de gobierno”. Era y es, un plan de tipo corporativista que se inició desde el año de 1931 con la promulgación de la Ley Federal del Trabajo, enteramente fascista, inspirada en el Codigo di Lavoro que Mussolini no se atrevió a poner en vigor en Italia. En él se señalaba la intervención del Estado en materia agraria, sindical e industrial y se proponía un nuevo tipo de educación “socialista”. La verdad escueta ha sido un gran fracaso,  pero a pesar de que las anteriores consideraciones tienen gran aplicación, nos estamos desviando del tema propuesto. La historia de los ferrocarriles en México hasta su desaparición y causa de esta, que  se puede resumir en unos cuantos párrafos:
 Tras varios intentos fallidos, algunos por falta de seriedad de los encargados y otras por las constantes guerras ocurridas en el Siglo XIX,  hasta que el 1 de enero de 1873  por el fallecimiento del Presidente Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada inauguró la vía de Veracruz a Orizaba. Porfirio Díaz dio un gran impulso a la construcción de ferrocarriles que, a la postre, la sacrosanta Revolución casi destruyó dando lugar a una restauración masiva  con la que se llegó a contar en forma eficaz hasta que,  en el sexenio 1940-1946, se multiplicó  la construcción de carreteras y se empezó a dar preferencia a los autotransportes (desde luego bajo la presión de las grandes fábricas automotrices norteamericanas)  con una elevación hasta de 500% al costo de las tarifas para el transporte de mercancías y pasajeros.  Paralelamente se fue olvidando la conservación de los ferrocarriles hasta dejarlos en situación de quiebra técnica, lo que aparentemente ocasionó que en el año de 1995, después de haber sido creada 88 años antes como Ferrocarriles Nacionales de México, Nacionalizada en 1937 y puesta en liquidación por Vicente Fox Quesada tras la desincorporación del Sistema Ferroviario Mexicano iniciada por Ernesto Zedillo en 1997.
Todas las propiedades de la empresa desaparecida, fueron  “subastadas” a razón de $0.67 ¡POR  KILO! y las rutas que cubrían, adquiridas y hoy explotadas por Kansas City Southern (KCS), convertida en Kansas City Southern de México(KCSM), en 2005, cuando compró los intereses de Transportes Marítimos Mexianos; Grupo México y Union Pacific Railroad en 1998 y opera como Ferrocarril Mexicano o Ferromex; En la región sur Ferrosur que opera la línea ferroviaria entre la ciudad de México y el puerto de Veracruz en el Golfo de México.
De Wikipedia obtuvimos un dato que, si bien ya se presumía,  hasta hoy se ha publicado y  copiamos en seguida:
“…Posteriormente se detectaría un fraude multimillonario en el proceso de liquidación por parte de 5 ex servidores públicos de Ferrocarriles Nacionales de México , el ilicito se cometió cuando los ex funcionarios convocaron entre 2003 y 2005 a licitaciones para vender chatarra de Ferrocarriles Nacionales, pero no entregaron el material, lo que generó un adeudo de unos 10.3 millones de pesos con las empresas adjudicadas.
Para saldar la deuda los ex servidores del organismo en liquidación entregaron de manera ilegal más de 52 mil toneladas de vías férreas, rieles, durmientes, clavos y planchuelas propiedad de la Federación con un valor superior a mil 800 millones de pesos.     Esa cantidad de material equivale a tres veces la red del Metro de la ciudad de México o siete veces el acero de la Torre Eiffel.     También se entregaron a las cuatro empresas 590 kilómetros de vías férreas útiles que lejos de ser chatarra es acero de alta calidad.   Los cinco tramos de vías entregados ilegalmente estaban instalados en Durango, Michoacán, Jalisco, Chihuahua y Puebla….”

Uno de los puntos sobresalientes del “Plan de Gobierno”, es el de rehabilitar los ferrocarriles y ese solo hecho, nos inclina a  colocar nuestro sufragio a ese “Plan”.
No sólo en la historia de las civilizaciones del mundo los ferrocarriles han señalado la diferencia entre estancamiento y progreso, sino que el encarecimiento del transporte de personas y sobre todo de mercancías de toda índole  nos ha originado graves perjuicios económicos  que,  con su readquisición y desarrollo, indudablemente nos harán volver, como señalaba Don Ramón López Velarde, a los días en que;
“…Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.

Y en el barullo de las estaciones,
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones…”.

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