Joaquín Ortega Arenas
Allá
por los años treintas del siglo
pasado, subsistía en el rumbo de la
Villa de Guadalupe una “Pulquería” casi centenaria que, por su nombre era cosa de llamar la atención.
Se llamaba extrañamente y sin razón posible alguna, “RECUERDOS DEL PORVENIR”, que
conlleva simplemente un posible tropo castellano. Del porvenir, no
puede haber recuerdos. pero,
¡ …los nombres de nuestras ya casi
desaparecidas “Pulquerías”…!
La
escritora Elena Garro escribió en 1963 un ameno libro, “Los Recuerdos del Porvenir”,
en el que abarcó con su gran ingenio
nuestras formas de vida desde la Conquista , Guerra Cristera,
Independencia y Revolución, pero se
abstuvo, sus razones tendría, de hacer relato político alguno.
Hoy, partiendo de un texto antiguo en el que
se lee, no sin extrañeza y admiración, un problema de hoy y tal vez para
mañana, lo consideramos “Recuerdos
del Porvenir”: Dice el texto:
“…La presencia de un juez, o de un gendarme,
se hizo más inquietante que el encuentro con un bandido. El turíbulo (incensario, botafumeiro) sustituyó a la pluma. La
justicia quebró su espada y se cubrió con el manto de Mesalina.( mujer
pública, prostituta) El Derecho era una incógnita irresoluble. Condensada la Jurisprudencia en el
sable…, los códigos fueron entregados a polilla en el polvo de las bibliotecas.
La tiranía política debilitaba el carácter; la tiranía del hombre consumía los
cuerpos. Si un hambriento robaba una mazorca de maíz se le fusilaba. Si un
funcionario de vientre redondo se adjudicaba las rentas públicas, se le
declaraba benemérito de un Estado cualquiera o de la Patria. El robo ratero se
premiaba con la horca; el robo en grande escala se premiaba con medallas y
cintajos.
Tal era la situación en aquella época;
tal es la situación en nuestros días..”
Trataremos de descifrar
el misterio político del mismo. No es un texto actual. Quizá tú así lo estés
pensando, pero no,
¡ Fue publicado en un pequeño periódico
de corta vida, Libertad y Trabajo, “Semanario
Liberal, Independiente” (mayo-junio,1908 en
Los Angeles, y constituye el único testimonio de primera mano del
movimiento estudiantil antirreleccionista de la primavera de 1892 en Ciudad de
México, escrito por Ricardo Flores Magón! (Documento
recopilado y distribuido por Internet, por JACINTO BARRERA BASSOLS)
Es
importante. porque nos pone al tanto de los antecedentes más remotos de los
movimientos estudiantiles en México relatados, nada más ni nada menos que por
uno de los pocos idearios y promotores “del estallido de odio” que hemos
dado por llamar indebidamente “revolución
Mexicana” que, dizque triunfante en el establecimiento de una verdadera
democracia, en verdad hasta el día de hoy, cien años después, conserva todas y
cada una de las lacras que señaló DON RICARDO FLORES MAGÓN, así con mayúsculas,
que analizaremos, hasta donde el espacio lo permita, una a una:
“…La presencia de un juez, o de un
gendarme, se hizo más inquietante que el encuentro con un bandido”,
¿
Ha cambiado la situación?, ¿Te ha dado gusto, placer o confianza tropezar
con algún agente de nuestras actuales autoridades? Más bien, estamos seguros
porque a todos los mexicanos nos pasa, ¡
te has puesto a temblar y a rezar porque nada te pase!
“El turíbulo ( incensario, botafumeiro) sustituyó a
la pluma. La justicia quebró su espada y se cubrió con el manto de Mesalina ( Mujer de costumbres inmorales o disolutas, en especial en lo referente
al sexo/. Prostituta). El
Derecho era una incógnita irresoluble. Condensada la Jurisprudencia en el
sable…, los códigos fueron entregados a polilla en el polvo de las bibliotecas.
La tiranía política debilitaba el carácter; la tiranía del hombre consumía los
cuerpos. Si un hambriento robaba una mazorca de maíz se le fusilaba. Si un
funcionario de vientre redondo se adjudicaba las rentas públicas, se le
declaraba benemérito de un Estado cualquiera o de la Patria. El robo ratero se
premiaba con la horca; el robo en grande escala se premiaba con medallas y
cintajos.
¿Se castiga hoy al “funcionario de vientre redondo
que se adjudica las rentas públicas, y se protege al hambriento que roba una
mazorca de maíz? En alguna
ocasión la “justicia mexicana te ha atendido en la forma “pronta , completa e
imparcial” que dizque manda el artículo 17 Constitucional?
¿Que podemos esperar si tenemos el ejemplo del
pasado y su similitud con el presente? Ayer, relata Flores Magón?
“…se
pasaron algunas semanas en una dulce embriaguez revolucionaria. Un civismo era
lo que iba a oponerse a un Gobierno absoluto sostenido por cuarenta mil
bayonetas. Manos armadas de boletas electorales pretendían disputar la victoria
a las manos armadas de fusiles. Por todas partes se ensalzaba el civismo como
una fuerza contra la cual son impotentes los cañones y los fusiles de los
tiranos. Por ese estilo se soñaba con un candor verdaderamente infantil. Los
clubs antireeleccionistas de obreros y estudiantes, se pensaban de ciudadanos
ansiosos de escuchar el verbo de Mirabeau6 y Danton7 trasplantados
a México. ¡Ah, si hubiera habido un Desmoulins8!….
En aquella época éramos los estudiantes los
ídolos del pueblo. Sin ponernos de acuerdo, todos tuvimos el mismo pensamiento:
correr al borde de la azotea para ver lo que ocurría. El espectáculo era
imponente. La extensa plaza era un mar humano. La noticia del arresto de los
estudiantes y su probable muerte a las altas horas de la noche, conmovió a
todos como una corriente eléctrica. El pueblo corría a salvarnos sin más armas
que sus puños firmes, al descubierto el pecho generoso. Rápidos como el
rayo caían los sables sobre aquel mar de carne. La confusión era espantosa. La
multitud, inerme se desbandó. Brazos musculosos nos arrastraron casi a un
oscuro desván donde se nos amontonó como fardos de maíz. En la noche escuchamos
otra vez el rugido del pueblo que llegaba apagado hasta nuestro encierro. La
multitud dispersada por la mañana se había armado de cuchillo, de palos, de
piedras y volvía en la noche para rescatarnos. Oímos el rodar de los cañones
listos para ametrallar al pueblo. Las caballerías, sable en mano, recorrían a
galope las barriadas levantiscas del cuartel de la ciudad donde estaban las
escuelas. Se despejó de ciudadanos la
Plaza de la
Constitución y en sus salidas fueron colocadas piezas de
artillería. El pueblo mataba a puñaladas a los gendarmes. Los soldados cargaban
a la bayoneta o al sable sobre las multitudes dispersándolas; pero éstas se
rehacían y otra vez la sangre de los oprimidos y de los agentes de los
opresores rubricaba el asfalto de las calles.
¿Qué nos depara el porvenir? Como están las cosas, las elecciones convertidas en mercado en el
que al mejor postor pasan de mano en
mano los votos ante la ceguera oportuna y culpable de las autoridades ¿Qué
podemos esperar para los estudiantes de hoy, para nuestros hijos, para el noble
movimiento de los “Yo soy 132” ?
El Estado y el ilícito partido
del Estado se juegan otros 82 años de latrocinios sin freno y abusos
mil…mientras los estudiantes sueñan con la libertad y el progreso.
¿Cómo reaccionará muestra “justicia”
ya tan devaluada hoy, que tiene en sus
manos la solución?
¿Cumplirá noblemente con su altísima obligación legal y moral?
¿Vencerán las nobles funciones que deben
cumplir, a la tentación de los altísimos
emolumentos que reciben del Poder Ejeutivo?
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