7/17/2012

“RECUERDOS DEL PORVENIR”



            Joaquín Ortega Arenas

Allá por los años treintas del  siglo pasado,  subsistía en el rumbo de la Villa de Guadalupe  una “Pulquería”  casi centenaria que,  por su nombre era cosa de llamar la atención. Se llamaba extrañamente y sin razón posible alguna,  “RECUERDOS DEL PORVENIR”, que conlleva simplemente un posible tropo castellano. Del porvenir, no puede haber recuerdos.  pero, ¡ …los nombres de nuestras ya casi desaparecidas “Pulquerías”…!
La escritora Elena Garro escribió en 1963 un ameno libro, “Los Recuerdos del Porvenir”, en el que  abarcó con su gran ingenio nuestras  formas de vida  desde la Conquista, Guerra Cristera, Independencia y Revolución,  pero se abstuvo, sus razones tendría, de hacer relato político alguno.
   Hoy, partiendo de un texto antiguo en el que se lee, no sin extrañeza y admiración, un problema de hoy y tal vez para mañana,  lo consideramos “Recuerdos del Porvenir”: Dice el texto:
 “…La presencia de un juez, o de un gendarme, se hizo más inquietante que el encuentro con un bandido. El turíbulo (incensario, botafumeiro) sustituyó a la pluma. La justicia quebró su espada y se cubrió con el manto de Mesalina.( mujer pública, prostituta) El Derecho era una incógnita irresoluble. Condensada la Jurisprudencia en el sable…, los códigos fueron entregados a polilla en el polvo de las bibliotecas. La tiranía política debilitaba el carácter; la tiranía del hombre consumía los cuerpos. Si un hambriento robaba una mazorca de maíz se le fusilaba. Si un funcionario de vientre redondo se adjudicaba las rentas públicas, se le declaraba benemérito de un Estado cualquiera o de la Patria. El robo ratero se premiaba con la horca; el robo en grande escala se premiaba con medallas y cintajos.
Tal era la situación en aquella época; tal es la situación en nuestros días..”
Trataremos de descifrar el misterio político del mismo. No es un texto actual. Quizá tú así lo estés pensando, pero no,
 ¡ Fue publicado en un pequeño periódico de corta vida, Libertad y Trabajo, “Semanario Liberal, Independiente” (mayo-junio,1908 en  Los Angeles, y constituye el único testimonio de primera mano del movimiento estudiantil antirreleccionista de la primavera de 1892 en Ciudad de México,  escrito por Ricardo Flores Magón!   (Documento recopilado y distribuido por Internet, por JACINTO BARRERA BASSOLS)
Es importante. porque nos pone al tanto de los antecedentes más remotos de los movimientos estudiantiles en México relatados, nada más ni nada menos que por uno de los pocos idearios y promotores  “del estallido de odio” que hemos dado por llamar indebidamente “revolución Mexicana” que, dizque triunfante en el establecimiento de una verdadera democracia, en verdad hasta el día de hoy, cien años después, conserva todas y cada una de las lacras que señaló DON RICARDO FLORES MAGÓN, así con mayúsculas, que analizaremos, hasta donde el espacio lo permita, una a una:
“…La presencia de un juez, o de un gendarme, se hizo más inquietante que el encuentro con un bandido”,
¿ Ha cambiado la situación?, ¿Te ha dado gusto, placer o confianza tropezar con algún agente de nuestras actuales autoridades? Más bien, estamos seguros porque a todos los mexicanos nos pasa, ¡ te has puesto a temblar y a rezar porque nada te pase!
“El turíbulo ( incensario, botafumeiro) sustituyó a la pluma. La justicia quebró su espada y se cubrió con el manto de Mesalina (  Mujer de costumbres inmorales o disolutas, en especial en lo referente al sexo/. Prostituta). El Derecho era una incógnita irresoluble. Condensada la Jurisprudencia en el sable…, los códigos fueron entregados a polilla en el polvo de las bibliotecas. La tiranía política debilitaba el carácter; la tiranía del hombre consumía los cuerpos. Si un hambriento robaba una mazorca de maíz se le fusilaba. Si un funcionario de vientre redondo se adjudicaba las rentas públicas, se le declaraba benemérito de un Estado cualquiera o de la Patria. El robo ratero se premiaba con la horca; el robo en grande escala se premiaba con medallas y cintajos.
¿Se castiga hoy al “funcionario de vientre redondo que se adjudica las rentas públicas, y se protege al hambriento que roba una mazorca de maíz?  En alguna ocasión la “justicia mexicana te ha atendido en la forma “pronta , completa e imparcial” que dizque manda el artículo 17 Constitucional?
¿Que podemos esperar si tenemos el ejemplo del pasado y su similitud con el presente? Ayer, relata Flores Magón?
      “…se pasaron algunas semanas en una dulce embriaguez revolucionaria. Un civismo era lo que iba a oponerse a un Gobierno absoluto sostenido por cuarenta mil bayonetas. Manos armadas de boletas electorales pretendían disputar la victoria a las manos armadas de fusiles. Por todas partes se ensalzaba el civismo como una fuerza contra la cual son impotentes los cañones y los fusiles de los tiranos. Por ese estilo se soñaba con un candor verdaderamente infantil. Los clubs antireeleccionistas de obreros y estudiantes, se pensaban de ciudadanos ansiosos de escuchar el verbo de Mirabeau6 y Danton7 trasplantados a México. ¡Ah, si hubiera habido un Desmoulins8!….
En  aquella época éramos los estudiantes los ídolos del pueblo. Sin ponernos de acuerdo, todos tuvimos el mismo pensamiento: correr al borde de la azotea para ver lo que ocurría. El espectáculo era imponente. La extensa plaza era un mar humano. La noticia del arresto de los estudiantes y su probable muerte a las altas horas de la noche, conmovió a todos como una corriente eléctrica. El pueblo corría a salvarnos sin más armas que sus puños firmes, al descubierto el  pecho generoso. Rápidos como el rayo caían los sables sobre aquel mar de carne. La confusión era espantosa. La multitud, inerme se desbandó. Brazos musculosos nos arrastraron casi a un oscuro desván donde se nos amontonó como fardos de maíz. En la noche escuchamos otra vez el rugido del pueblo que llegaba apagado hasta nuestro encierro. La multitud dispersada por la mañana se había armado de cuchillo, de palos, de piedras y volvía en la noche para rescatarnos. Oímos el rodar de los cañones listos para ametrallar al pueblo. Las caballerías, sable en mano, recorrían a galope las barriadas levantiscas del cuartel de la ciudad donde estaban las escuelas. Se despejó de ciudadanos la Plaza de la Constitución y en sus salidas fueron colocadas piezas de artillería. El pueblo mataba a puñaladas a los gendarmes. Los soldados cargaban a la bayoneta o al sable sobre las multitudes dispersándolas; pero éstas se rehacían y otra vez la sangre de los oprimidos y de los agentes de los opresores rubricaba el asfalto de las calles.
¿Qué nos depara el porvenir?  Como están las cosas,  las elecciones convertidas en mercado en el que al mejor postor  pasan de mano en mano los votos ante la ceguera oportuna y culpable de las autoridades ¿Qué podemos esperar para los estudiantes de hoy, para nuestros hijos, para el noble movimiento de los  “Yo soy 132”
 El Estado y el ilícito partido del Estado se juegan otros 82 años de latrocinios sin freno y abusos mil…mientras los estudiantes sueñan con la libertad y el progreso.
¿Cómo reaccionará muestra “justicia” ya tan devaluada hoy,  que tiene en sus manos la solución?
¿Cumplirá noblemente con su altísima  obligación legal y moral?
¿Vencerán las nobles funciones que deben cumplir,  a la tentación de los altísimos emolumentos que reciben del Poder Ejeutivo?

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