6/30/2014

¿NEGLIGENCIA MÉDICA….O CORRUPCIÓN?


Joaquín Ortega Arenas.

En memoria de mi queridísima hermana-madre  
María Cristina Ortega Arenas en el que hubiera 
sido el 97 aniversario de su natalicio.

Los Diarios de todo el País han publicado que en el Estado de Jalisco se encuentran procesados  17 médicos  por el delito de negligencia médica. Piensa querido lector, sin prejuicios, si esos verdaderos héroes de la salud,  que consideran como su ley suprema el “Juramento de Hipócrates” que verifican el día en que reciben sus títulos profesionales, son capaces de olvidarlo.
Conozco el caso de un par de médicos del Seguro Social  en el que un ameritado profesional de la medicina,  asistido por su hijo médico también,   sufrió un infarto fulminante mientras realizaba una Operación a corazón abierto y…su ayudante e hijo,  terminó la operación,  haciendo a un lado el dolor de ver morir a su padre.
 Como ese caso, entre los médicos mexicanos  existen miles de casos similares y ahora resulta que cuando se  muere un paciente…”ellos son los responsables”.

El Estado Mexicano es constitucionalmente, el obligado a vigilar y cuidar de la salud de todos los que habitamos este mutilado País.  Ha creado diversos organismos oficiales para ese efecto. La Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores al servicio del Estado y otros más, pero ha olvidado que el ejercicio de la medicina, es uno de los más caros que existen    y,  en parte por mero olvido o por la tremenda corrupción que nos ahoga,  todos, absolutamente todos, carecen de los insumos mínimos que se requieren.

Soy testigo, nadie me lo ha contado y ya lo he relatado en este espacio,  un excelente médico,  tiene que atender a mil quinientos pacientes y solo dispone de veinticuatro horas al día,  No existen locales adecuados, amplios, bien ventilados, sino verdaderas ratoneras, para que “trabajen”; no disponen de las medicinas necesarias para cumplir con su deber;  no hay sábanas suficientes en los ”hospitales oficiales” y, las reciclan sin recato alguno;  los trabajadores, que no los médicos, sino los trabajadores de los hospitales y clínicas,  pertenecen a poderosos sindicatos corporativos que los defienden y protegen, y obviamente no cumplen con su deber.  El trato que estos mentecatos, que no son otra cosa, dan a los pacientes que acuden a los servicios de salud, es pésimo.
Tal parece que los servicios oficiales son “gratuitos” y nada más inexacto que eso. Todos, todos los trabajadores al servicio del Estado, entregan mediante descuentos previos a su salario, un 4 o 5 % del mismo.  Si aplicamos la teoría del Riesgo y Seguro, vamos a encontrarnos que solo uno de cada mil trabajadores, hace uso de los servicios médicos y, las cuotas descontadas a los novecientos noventa y nueve restantes…¿ a dónde van ? ¿En dónde están?

Estamos completamente seguros de que los médicos mexicanos, continúan la tradición iniciada por el Dr. Ladislao de la Pascua que durante la “Guerra de México” (invasión norteamericana en el Siglo XIX)  convirtió la parroquia de San Pablo, de la que era titular en “hospital de sangre” para que  los heridos, sin pensar en nacionalidades, fuesen atendidos.  Con las bancas de la iglesia improvisó camas, con las puertas de la iglesia improvisó camas y con la ayuda de un numeroso grupo de médicos,  salvó vidas. 

Al finalizar la Guerra, el Congreso de los Estados Unidos, les otorgó la más alta condecoración…que no aceptaron, porque, contestó el Doctor Pascua, “..Cumplir con la obligación que impone ser médico,  es un deber sagrado….”.

Con el tiempo, se construyó en el mismo lugar el “Hospital Juárez”, tumba de centenares de médicos y pasantes de medicina  durante el sismo del 85, por “negligencia “   de los constructores, que…. no fueron ni siquiera amonestados.

Es por eso notable que en México,  los metemos a la cárcel cuando un enfermo se  muere, sin ponernos a pensar que no es uno, son muchos los que se mueren por falta   de insumos,  de hospitales adecuados y bien provistos, no importa que esas carencias, deriven de la corrupción galopante que existe en este México que como dice Cristina  Pacheco  “¡AQUÍ NOS TOCO VIVIR!”


                      ¡NO ES POSIBLE TAPAR AL SOL CON UN DEDO!

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