3/08/2015

III.- EL PERMANENTE TERCER ESTALLIDO DE ODIO.


Joaquín Ortega Arenas,


Tras el asesinato de Madero,  surgieron los “vengadores”, “paladines de la legalidad”,  que por desgracia, no lo eran pero  emplearon esa máscara para apoderarse del poder y del dinero que da el poder, y se levantó en Armas el eterno porfirista y terrateniente coahuilense, Venustiano Carranza,  con el llamado “Plan de Guadalupe”,  a quién siguieron los caudillos sonorenses  Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, y muchos otros más que se lanzaron a la lucha armada.

El siempre sagaz pueblo mexicano, llamó y sigue llamando a los asesinatos que costaron un millón de vidas a la Patria y daños aún no reparados,  “LA ROBOLUFIA”, Y EN VERDAD NO FUE NI HA SIDO HASTA EL PRESENTE,  OTRA COSA.

Las tropas carrancistas en su camino hacia la ciudad de México, arrasaban con todo aquello que les parecía de valor y, otra vez el pueblo, enriqueció la ya de por si rica lengua castellana,  con dos verbos  nuevos,  “carrancear”  (robar, matar, violar,)  y “avanzar”  reducido a robar todo lo que encontraban en su camino.

Emiliano Zapata,   siguió en su lucha, con el “Plan de Ayala” como bandera y siempre acosado por el Gobierno en turno, sin que pudieran doblegarlo y vencerlo.   Francisco Villa,  (Doroteo Arango) lo apoyó desde el Norte de País. Tras una orgía de sangre y saqueos,  llegaron a lo que parecía un punto de acuerdo. Venustiano Carranza  convocó a todos los beligerantes a lo que llamaron “La Convención de Aguascalientes “,  para designar un líder único esperando ser electo el mismo,  pero la Convención entre gritos y balazos… designó al General Eulalio Gutiérrez.

 Las hostilidades se  reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo.
Por la superioridad de las armas que lo apoyaban y en especial, por el genio militar de Álvaro Obregón, triunfó Carranza y convocó a un Congreso Constituyente y se elaboró la Constitución en los términos que Carranza deseaba, no obstante que se vio obligado a aceptar proposiciones de Zapata en las cuestiones agrarias y respeto de las propiedades comunales y de los  Generales  Heriberto Jara y Francisco  J.  Múgica  en lo relacionado con los trabajadores, que se plasmaron en los artículos 27 y 123 de la Nueva Constitución.

En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes revolucionarios:
El 10 de abril de 1919, en la hacienda de Chinameca,  Estado de Morelos,  fue villanamente asesinado  Emiliano  Zapata Salazar “…Miliano, el de Anenecuilco…”  como lo llamaban sus paisanos,  por una partida militar  de la que formaban parte  el capitán  Rodolfo  Sánchez Taboada y el cabo Norberto López Aguilar encargados de la “ejecución del caudillo por  el Coronel Jesús  Guajardo”,  a quién se le entregaron CINCUENTA MIL PESOS POR EL ASESINATO DEL CAUDILLO.  Con el  tiempo, como socarronamente señala nuestro pueblo, la “Revolución les pagó con largueza”, Sánchez Taboada escalo los más altos cargos de gobierno posibles hasta Secretario de Estado y Presidente del Partido Oficial y, López Avelar, fue Senador y Gobernador del Estado de Morelos.

Dice el viejo refrán que, “El que a hierro mata, a hierro muere” y,  en las primeras horas del 21 de mayo de 1920,  fue asesinado Venustiano Carranza, en el Poblado de Tlacalantongo, en plena Sierra Norte de Puebla, por Guardias Blancas de las Compañías Petroleras encabezadas por el “General irregular Rodolfo Herrero”,  aunque como en  todas las cosas, la  verdad siempre resplandece , hechos evidentes que constan en documentos celosamente guardados en el Acervo Histórico Condumex,          ( hoy en la Biblioteca de la Universidad de Texas) en el que existe un telegrama enviado por Plutarco Elías Calles, Secretario de Industria, Comercio y Trabajo en el gabinete de Carranza dirigido al Teniente Coronel de Caballería Lázaro Cárdenas de Río, Jefe de la Zona Militar de Tuxpan, a la que correspondía Tlaxcalantongo, en el que escuetamente le ordena:
      “El señor Presidente va hacia su zona. No debe salir de ella.”
Comunicación que indudablemente originó el que el Teniente Coronel de caballería Lázaro Cárdenas del Río, enviara a Rodolfo Herrero a Villa Juárez, Puebla, la comunicación que textualmente señala:

“…Lo saludo afectuosamente y le ordeno que inmediatamente organice a su gente y proceda a atacar a la propia comitiva, procurando que en el ataque que efectúe sobre esos contingentes, muera Carranza en la refriega, entendido de que de antemano todo está arreglado con los altos jefes del Movimiento y, por lo tanto cuente Ud. conmigo para posteriores cosas que averiguar…..como siempre, me repito su atento amigo, compañero y S.S. Lázaro Cárdenas….”

Rodolfo Herrero, perteneció durante muchos años a las “Guardias Blancas” que las compañías petroleras tenían desplazados en toda la zona para la protección de “sus bienes”, a ciencia y paciencia de las autoridades mexicanas, bajo las órdenes del “General” Manuel Peláez. Eran más de 15 000 hombres perfectamente armados y pertrechados en mejores condiciones que la tropa del Gobierno.

Francisco Villa,  (Doroteo Arango), fue villanamente asesinado el 20 de julio de 1923 en la ciudad de Hidalgo de Parral Chihuahua, mientras se dirigía a una reunión manejando  su automóvil Dodge.  “El siglo de Torreón”,     publicó en su “ nota” de prensa,

“Al pasar Villa por la calle de Gabino Barreda de esta ciudad (Parral) tripulando un automóvil Dodge, que él mismo manejaba y acompañado de cinco personas más, fue atacado del interior de una casa, disparándose sobre él una descarga cerrada de fusilería dejando la agresión repentina e impidiendo todo intento de defensa por parte de los asaltados, Villa quedó muerto en su automóvil recibiendo cinco balazos, tres hombres de la escolta terminaron también muertos y dos heridos”.

El autor material del asesinato, Jesús Salas Barraza  luchó contra el villismo. En 1922 fue diputado local en Durango. Fue procesado por haber participado en el asesinato de Francisco Villa, en1923. A pesar de haber sido condenado a 70 años junto con su cómplice Melitón Lozoya, fue indultado en 1924 por el Presidente Álvaro Obregón , y  fue gobernador de Durango por algunos días. Con el gobernador Juan Gualberto Amaya tomó parte en el movimiento escobarista en 1929. A consecuencia de la derrota salió del país. Murió en 1956.

Al menos a mí, no me cuesta mucho trabajo creer en lo que llaman “conseja popular” de que ese asesinato se llevó a cabo para facilitar el reconocimiento de Álvaro Obregón por el Gobierno de los Estados Unidos de América….obtenido unos cuantos días después de que se cometiera EL ASESINATO DE FRANCISCO VILLA,  con la firma del “Tratado de Bucareli”….


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