Joaquín Ortega Arenas.
Para mi hermano JUAN ORTEGA ARENAS , rebelde eterno, en el que hubiera sido su nonagésimo quinto aniversario.
Emiliano Zapata Salazar (Anenecuilco,Morelos, 8 de agosto de 1879-Chinameca,Morelos, 10 de abril de 1919), el mas importante de los líderes militares y campesinos de lo que inapropiadamente llamamos “Revolución mexicana “, trabajó como domador de caballos a las órdenes de Ignacio de la Torre Mier, yerno de Porfirio Díaz y propietario de varios de los Ingenios Azucareros que dieron fama al Estado de Morelos, de gran sensibilidad humana, condenó el trato que se les daba a los trabajadores de los Ingenios y, con las armas en la mano buscó la redencion de los mismos, con el “Plan de Ayutla”, elaborado por el Maestro Otilio Montaño y el abogado Antonio Díaz Soto y Gama, luchando por justicia, democracia, propiedad comunal, respeto a la Comunidades Indígenas, con un lema inolvidable , “ LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA ”. Se unió al maderismo, y tuvo que abandonarlo por dificultades en el Millonario Norteño representante de esa ideología. siguió en su lucha, con el “Plan de Ayala” como bandera y siempre acosado por los Gobiernos en turno, sin que pudieran doblegarlo y vencerlo. Francisco Villa, (Doroteo Arango) lo apoyó desde el Norte de País. Tras una orgía de sangre y saqueos, llegaron a lo que parecía un punto de acuerdo. Venustiano Carranza convocó a todos los beligerantes a lo que llamaron “ La Convención de Aguascalientes “, para designar un líder único esperando ser electo él mismo, pero la Convención entre gritos y balazos, designó al General Eulalio Gutiérrez.
Las hostilidades se reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo.
Por la superioridad de las armas que lo apoyaban y en especial, por el genio militar de Álvaro Obregón, triunfó Carranza y convocó a un Congreso Constituyente y se elaboró la Constitución en los términos que Carranza deseaba, no obstante que se vio obligado a aceptar proposiciones de Zapata en las cuestiones agrarias y respeto de las propiedades comunales y de los Generales Heriberto Jara y Francisco J. Múgica en lo relacionado con los trabajadores, que se plasmaron en los artículos 27 y 123 de la Nueva Constitución.
En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes revolucionarios:, entre ellos, el 10 de abril de 1919, en la hacienda de Chinameca, Estado de Morelos, fue villanamente asesinado Emiliano Zapata Salazar “…Miliano, el de Anenecuilco…” como lo llamaban sus paisanos, por una partida militar de la que formaban parte el capitán Rodolfo Sánchez Taboada y el cabo Norberto López Aguilar encargados de la “ejecución del caudillo” por el Coronel Jesús Guajardo, a quién el Gobierno de Carranza, le entregó CINCUENTA MIL PESOS POR EL ASESINATO .
. Con el tiempo, como socarronamente señala nuestro pueblo, la “Revolución les pagó largamente” a sus asesinos materiales.
Rodolfo Sánchez Taboada escalo los más altos cargos de gobierno posibles (Secretario de Estado, Presiente del PNR.) y López Avelar, fue Senador y Gobernador del Estado de Morelos.
Desde que iniciamos nuestra publicación de este espacio, hemos fustigado y seguiremos fustigando ese vil asesinato que, en realidad no tuvo los efectos que el Gobierno (su asesino) buscaba.
Miliano, el de Anenecuilco, logró que se incorporara en la Constitución de 1917, el Artículo 27. defendió a los desheredados, a los comuneros y campesinos sin tierra y,
es de los poquísimos mexicanos que , codo con codo con Cuahutemoc, Vicente Guerrero, y Benito Juárez, tiene un lugar con los que, como llamaba el Poeta de México, Ramón López Velarde, es un “HÉROE A LA ALTURA DEL ARTE”.
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