5/17/2015

¡paga! ¡paga! ¡paga! ¡paga! ¡paga! ¡paga! ¡paga!

         ¡paga! ¡paga! ¡paga!  ¡paga!  ¡paga!  ¡paga! ¡paga!

Joaquín Ortega Arenas.

Una nueva forma de vivir en este sufrido País,  se ha venido desarrollando a través de los Siglos XX y XXI. La Dictadura Partidista iniciada en el año de 1929 con la creación artificial del PARTIDO EN EL GOBIERNO,  (P.N.R., P.R.M. y finalmente P.R.I.) que se ha transformado en “EL GOBIERNO DEL PARTIDO” que literalmente ¡nos ha partido
a  los mexicanos!
Se inició la danza, con los asesinatos, uno tras otro de Emiliano Zapata, (1919) por el que el Gobierno de Carranza pagó cincuenta mil pesos a un esbirro cualquiera; siguió con el de Carranza, (1920),  “patrocinado” por el Secretario de Industria y Comercio de su gabinete, Plutarco Elías Campuzano, (Calles), que quién sabe porque motivos se cambió hasta el nombre, efectuado por las “Guardias Blancas” de las Compañías Petroleras, personalmente por Rodolfo Herrero, y  para cuya realización el Teniente Coronel de Caballería Lázaro Cárdenas del Río fue el conducto. Conocemos gracias a investigaciones verificadas por el Maestro Juan Ramón Jiménez de León,  los correogramas en los que constan, ológrafas, las firmas de todos los que intervinieron en ese sucio asesinato, depositadas hoy, en el “Archivo Histórico Condumex”, celosamente guardado por la Universidad de Texas.
Es plenamente conocido que Don Plutarco, poco a poco fue apoderándose del panorama político, con la ayuda de varias traiciones y el genio militar de su paisano Álvaro Obregón hasta que, también es claro que para poder convertirse en el“Jefe máximo de la  Revolución”  solo había un obstáculo, (OBREGÓN)  que oportunamente también fue asesinado en forma inexplicable. (Al banquete en que fue asesinado, ni siquiera a los músicos, vestidos de Charro, se les permitió pasar con sus descargadas armas y en cambio, , “se coló un desconocido con una pistola en la bolsa interior de saco” que circuló libremente entre las mesas,   se colocó detrás de Obregón y le disparó tres veces. Tampoco es explicable que disparó tres veces y las balas causaran nueve impactos en el pecho del candidato vencedor, como señaló el Director del Servicio Médico Forense en el “certificado de Defunción).
A partir de entonces, el Gobierno se ha convertido en un inmenso recolector de dinero del pueblo, siempre bajo amenaza. Se inventaron procedimientos para elevar el impuesto predial, el impuesto sobre la renta, el impuesto sobre uso y tenencia de vehículos; el precio de todos los insumos que solo el gobierno detenta, electricidad, combustibles, peajes en carreteras que el pueblo construye,  y decenas más, inconstitucionales, desde luego, que el Poder Judicial, Federal o Estatal, inconstitucionalmente también designados por el Presidente de la República y los Gobernadores de los Estados, bendice y “legaliza”.
Lo que políticamente era una lucha por el poder, hoy es una lucha por el dinero que da el poder, No recuerdo quién fue, pero desde luego un eminente político,  advirtió que, “Político pobre, ¡pobre político!”
El pueblo, ¡siempre el pueblo!, con su forma de interpretar los problemas,  con su lenguaje coloquial y sinceridad eterna, nos permite emplear ese lenguaje para definir nuestra situación actual:
“¡No puede darse paso sin huarache ¡
“¡O pagas o pelas!
“¡El que tiene más saliva, traga más pinole!
Todos, absolutamente todos los trámites ante la aburridora brurrocracia, se realizan en etapas que gráficamente hemos empleado en el título de este artículo.
El primero, ante los “menos poderosos”, lógicamente es más barato pero, paso a paso  la importancia del que debe resolver esos problemas es mayor y mayor  y mayor hasta que se convierte en un verdadero atraco que, querido paisano,“¡O pagas o pelas!
Remedio, ¡no lo hay! La Constitución señalaba que los impuestos a los causantes debían fijarse  de manera “proporcional y equitativa”.  Se modificó la constitución, ahora se tasan por las “necesidades de la autoridad exactora” sin que tenga ninguna importancia la capacidad contributiva del causante.
Como complemento necesario,  para evitarse lo molesto que resulta la aplicación estricta de la ley,  se inventó el“constituyente permanente”  que  modifica la Constitución “…al instante y gusto del  gobernante”...
No nos queda más remedio que la resignación.  Evítate penas, corajes y molestias y  ¡paga! ¡paga! ¡paga!  ¡paga! ¡paga!  ¡paga! ¡paga! ¡paga!

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