6/21/2015

EVALUACIONES.


Joaquín Ortega Arenas.

El asunto de la evaluación del hacer de los maestros en México, es solo una cortina de humo para desviar  la atención de los problemas que verdaderamente requieren una evaluación.
No se necesita ser especialista para evaluar la actuación de los maestros. Todo aquel que haya cursado la educación primaria elemental,  (de primero a tercero) es testigo  y beneficiario de la infinita  paciencia con la que esos verdaderos santos educadores poseen y  van compartiendo con los educandos. Van de cero a diez, ya que reciben material humano en blanco, generalmente mal alimentado y lo transforman en solo tres años en material apto para continuar  con esos conocimientos,  su preparación para toda la vida.
Resulta verdaderamente triste la amnesia que aniquila a todos los interesados en la cuasi-política mexicana.  Les provoca una ceguera total a los problemas que si deben ser evaluados,  como el quehacer  de todos, absolutamente todos los funcionarios y empleados públicos que  ¡viven, y viven muy bien!, de los impuestos que pagamos.
Para  los que viven dentro de presupuesto no importa decir, como acaba de hacerlo nuestro inefable jefe de gobierno al calificar la conducta de las empresas españolas que “piratean” a los siempre sufridos “ruleteros”, hoy “taxistas”,  que “…lo ilícito no siempre es ilegal….” ( y ¡quiere ser Presidente!)
Es patente la existencia de tremendas redes de corrupción en la Administración Pública, Federal y Local.
La Administración de Justicia que, con toda veracidad, deberíamos calificar como  “Administración de injusticia a precio alzado”, y  todos los mexicanos lo sabemos menos  los funcionaros de “vista gorda”   incrustados en los gobiernos federal y estatal que  lo ignoran, ¡no lo saben!, pero ¿qué hacer? ,  ¿a quién recurrir?   ¡Tenemos todos los caminos bloqueados! 
Nuestro sistema “democrático” está enfermo.
La “forma personal de gobernar” de los  gobiernos federales  en turno, desde el año de 1854  fue “planeado por nuestro inspirador y guía, ANTONIO LOPEZ DE SANTA ANNA”, que:
“… el día 2O de abril de 1853, empezó una larga lista de decretos y órdenes,  invariablemente encabezados con la fórmula “...Antonio López de Santa Ana,  Benemérito de la Patria, General de División, Caballero de la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III y, Presidente de la República, a sus habitantes sabed...”  y  solo en el mes de mayo del fatídico 1854,
1.-  El día  9   decretó La centralización del Poder Público;  
2.- El 14,    centralizó las rentas de la Nación;
3.- El  20, creó un ejército  de noventa mil hombres
4.- El 20,   ”restableció las alcabalas,  sin perjuicio de la continuación de todas las contribuciones existentes...”
5.-   El dinero no alcanzaba, y el 3 de octubre de 1854, estableció impuestos de 2 reales mensuales a cada coche;  un real mensual  a las pulquerías de una sola puerta, y tres  por cada puerta  más ; 2  reales mensuales por cada canal;   medio real diario por cada puesto fijo o ambulante; cinco reales mensuales por cada coche o carruaje; de tres a quince pesos por cada carro de alquiler según su tamaño;  por cada caballo según su clase, de uno a dos pesos mensuales,  y un peso mensual por cada perro...
6.-  En 9 de enero de 1854, se decretó  que deberían causar impuesto las ventanas, las puertas y las luces exteriores de las casas, “...cuatro reales a los zaguanes,  cocheras, puertas de tienda,...y tres reales a los balcones y ventanas...” y la cuota era mensual.
TODAS  ESAS “LEYES” ADECUADAS A LOS TIEMPOS MODERNOS, (CON EXCEPCIÓN TODAVÍA  DEL IMPUESTO A LOS PERROS) , ¡SIGUEN VIGENTES!



  

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