Joaquín Ortega Arenas.
Cada día que pasa, el calvario de los
capitalinos (CDMX) es más
doloroso. Afecta nuestra vida en todos
sus órdenes. Estar estacionados en las calles, ya sea en automóvil propio, taxi
o cualquier Transporte Público, nos lleva de la mano a la desesperación
primero, y a la perturbación del equilibrio emocional, desgraciadamente
incurable. En lenguaje coloquial, ¡nos está enloqueciendo! ¡No podemos trabajar
porque perdemos más de la mitad del día sin hacer nada a bordo de un
autotransporte, aunque el “Metro” , como sardinas, pero nos lleva rápidamente
de un lugar a otro. Los automovilistas, enloquecidos se convierten en
verdaderos asesinos. Y lo que es peor,
¡cobardes! Su primera reacción al cometer un asesinato, de peatón o ciclista o
motociclista, que son más débiles que él,
es huir y para lograrlo no hay mejor remedio que traer la cartera abierta a las autoridades, que se convierten
en ciegas y sordas con ese lucrativo remedio.
Nada les importa, solo llegar al costo que sea
necesario, al fin los delitos que
cometen son por definición injusta de la Ley, ¡imprudenciales!
Ni siquiera podemos pensar que se
trata de un fenómeno aislado y actual, y
sí en que es un plan premeditado por nuestras autoridades Federales y
Locales para manipularnos como títeres. Estrés, define la ciencia,
“….es un
proceso natural del cuerpo humano que genera una respuesta automática ante
condiciones externas que resultan amenazadoras o desafiantes, que requieren una movilización de recursos físicos, mentales y conductuales para
hacerles frente, y que a veces perturban el equilibrio emocional de la persona…..Se
trata de una respuesta fisiológica y psicológica de una persona que intenta
adaptarse a las presiones a las que se ve sometida, originada por el instinto
de supervivencia del ser humano, en la que se ven involucrados muchos órganos y
funciones del cuerpo, como el cerebro y el corazón, los músculos, el flujo
sanguíneo, la digestión. Las señales más características del estrés son: Emociones: ansiedad, miedo, irritabilidad,
confusión….Conductas: dificultades en el habla, risa nerviosa, trato brusco en
las relaciones sociales, llanto, apretar las mandíbulas, aumento del consumo de
tabaco, alcohol..., músculos contraídos, dolor de cabeza, problemas de espalda
o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones, palpitaciones y respiración
agitada..”
Resulta
más que evidente que esa situación ha
venido siendo provocada por las autoridades. Se exige, ilegalmente, ya que la
nueva “Ley sobre la Educación” no se les
puede aplicar sin violar la Constitución, en forma retroactiva, a todos aquellos que han dedicado su vida al
más noble de los objetivos, ENSEÑAR,
EDUCAR, que “se evalúen” y con
unos cuantos pesos, se dan licencias de manejo
de vehículos automotores a los que jamás “se evalúa”.
Es
nueva moda, mi primera Licencia de manejo, me fue entregada en tiempos del
General Gómez Velasco, después de traerme por el tránsito más de una hora. Me
llevaron a la Glorieta de la Luna, que era una verdadera encrucijada y a la de
Peralvillo, que era peor, y… me dieron la licencia.
No
se busca educa a los conductores de vehículos, acerca de la Ley, el Reglamento
de Tránsito, (verdadero galimatías elaborado para cobrar y cobrar multas), En
toda la Ciudad, por más que busques, no encontraras un aviso normativo que
existe en todas las ciudades del mundo, para agilizar el tránsito, “uno por uno” y esa omisión provoca que
los bravísimos conductores, quieran
pasar en todas partes todos al mismo tiempo, a claxonazos. ¡Obvio, ni pasan
ellos ni dejan pasar a otros y si provocan
tremendos embotellamientos. La norma
debida, se ha substituido por un criminal grito: ¡YO PRIMERO!, a cargo de taxistas, microbuseros, mujeres que manejan
y…público en general.( en ese orden).
La
educación, la cortesía y la forma verdadera en que debemos convivir en las calles,
no existe, ni ha existido desde hace muchos años y el panorama actual nos hace
pensar que en mucho tiempo más, no existirán.
Desconocen
en México que los semáforos, aparatos para controlar el tránsito vehicular
pueden manejarse a larga distancia y permitir una circulación casi perfecta
pero….eso cuesta y no produce tintineo inmediato de monedas.
Sin
autoridades “competentes”, nos toca a los conductores de vehículos,
exagerar nuestras precauciones al conducir, ser corteses, si el automóvil que
va delante indica con sus luces que va a dar vuela, dejarlo que la de sin tratar de impedirlo para pasar primero,
respetar las reglas universales sobre velocidad, ¡no por tanto madrugar amanece más temprano! En nuestro
propio beneficio…
¡EVITEMOS QUE NOS ENLOQUEZCA EL ESTRÉS!
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