2/27/2017

SEGUIMOS CAMINANDO, ¡PERO HACIA EL ABISMO!


Joaquín Ortega Arenas.

El Instituto Nacional de Estadística , Geografía e Informática hoy, nos congela, con su habitual eficacia y neutralidad y señala:

“…23 de febrero de 2017 La economía mexicana entró de lleno en un proceso de desaceleración, marcado por una disminución del consumo y el aumento de la incertidumbre entre empresarios y consumidores. En 2016, el producto interno bruto (PIB) tuvo un crecimiento de 2.3 por ciento, menor al de 2.6 por ciento registrado en 2015,

El primer impacto sobre el crecimiento, consideró, vendrá en la primera mitad de 2017 y el canal de transmisión será un fuerte deterioro de los niveles de confianza empresarial y del consumidor. …

No es novedad lo que nos refiere el INEGI,  hace tres años que los mexicanos sentimos en carne propia la merma constante de nuestra forma de vida. Apenas sobrevivimos.  La Canasta Básica al alza, los salarios y emolumentos, a la baja. La inseguridad personal, en aumento acelerado y, la policía “brilla por su ausencia”,  es más fácil sacarse la lotería sin comprar billete, que encontrar un policía cuando se necesita.
Pasaron los tiempos en que en cada manzana  o al menos en cada Colonia, había “veladores” que con un silbato “gorgoreante” anunciaban su presencia y nos daban confianza.
En el día, con uniformes azules, que dieron lugar a que se les llamara “los azules”  patrullaban la Ciudad y allá por los “cuarentas” del siglo pasado los convirtieron en ”patrullas” coloradas con cuatro “azules” en su interior.
 Hoy las patrullas son azules, pero, lejos de que hayan aumentado la seguridad en la Ciudad, se han convertido en un azote de los “chilangos”.
Lejos de buscarlos, hoy tratamos de eludirlos. Los afortunados poseedores de un vehículo, nos ponemos a temblar cuando en el espejo retrovisor aparece una patrulla y respiramos hondo, cuando la patrulla nos pasa sin molestarnos y no solo no vigila”, se ha incorporado a la “delincuencia organizada” y es mucho, pero mucho más peligrosa porque basta tener una placa, para ser impune e inmune.
Al pueblo pueblo y al peatón indefenso, increíble, nos represente una ventaja no tener cerca  un policía o a una patrulla azul.
Se ha institucionalizado un sistema perfectamente inconstitucional. Han puesto en las calles centenares de cámaras “ocultas” que toman fotografías “de infracciones y delitos” de tránsito, que cobran nuestras “autoridades” , dejando en el olvido que, la “constitución” señala que deben notificarse en forma personal y directa.
Los impuestos prediales, se determinan en el momento en que la autoridad señala una cantidad a pagar cuando el “contribuyente” la adquiere, y, sin respetar sus propias determinaciones, la autoridad los ha venido duplicando o quintuplicando en forma retroactiva, con un razonamiento propio de “Al Capone”
 “…hoy su casa vale diez veces más que cuando la construyó y lógico, usted debe pagar sobre el nuevo valor que yo invento…”

 Este novísimo “negocio gubernamental “  ha resultado  maravilloso, para el gobierno, pero desastroso para el sufrido contribuyente. Hace poco atendí un asunto profesional. Una Maestra adquirió en el año de 1933, una casita en la Colonia Roma que tuvo como precio $3500.00 , con una hipoteca a 15 años. Cuando acabó de pagar la hipoteca, le querían escriturar la casa “con el nuevo valor catastral” , ¡DOCE MILLONES DE PESOS! Por poco se muere del susto.   Solicité  el amparo de la Justicia Federal, con el argumento de que estaban dando efectos retroactivos a sus delincuenciales “avalúos” y  el Juez de Distrito reparó el abuso, pero ¿Cuantos mexicanos tienen capacidad económica y conocimientos para una defensa similar ?. Mi experiencia profesional me indica que ¡solo uno de cada mil “contribuyentes” !

¿PUEDES IMAGINARTE, AMABLE LECTOR, LA CUANTÍA DE LOS FRAUDES GUBERNAMENTALES CONTRA LOS INDEFENSOS “CONTRIBUYENTES?

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