Joaquín Ortega Arenas.
El Secretario de Gobernación declaró, enfáticamente en la Cámara de Diputados,
“que el apoyo
del gobierno federal a estados y municipios en materia de seguridad ‘‘llegó al
límite’’ y se retirará a las fuerzas armadas, ‘‘pero no podemos hacerlo
irresponsablemente’’.
El
funcionario pidió ‘‘respetuosamente’’ a los diputados aprobar la ley de
seguridad interior para que el envío del Ejército, la Marina y la Policía Federal
a estados y municipios no dependa, como ahora, de su decisión como titular de
Gobernación, y planteó que esa legislación sea el primer paso hacia ‘‘la salida
de las fuerzas federales’’ de las calles.
No podemos creerlo, nos causa grima, el
artículo 129 Constitucional, como hemos repetido en docenas de veces, está
inmaculado. Ningún Gobierno lo ha
mencionado, nadie lo cumple desde
que su texto fue planteado en nuestra Constitución de 1824,
repetido en las de 1857 y 1917, ORDENABA
Y SIGUE ORDENANDO INÚTILMENTE.
ARTÍCULO
129.- En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones
que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá
Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y
almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión; o en los
campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere
para la estación de las tropas.,
El
secretario de Gobernación, considera “irresponsable”
cumplir con los mandatos constitucionales. Ahora constatamos que nuestra
Constitución”, es para nuestras autoridades, “un papelucho inútil y molesto”.
Lo
plenamente vigente, está en un viejo proverbio acuñado y observado por todas
las dictaduras “que en el mundo han sido”.
“EL QUE
MANDA, MANDA Y, SI SE EQUIVOCA, VUELVE A
MANDAR”.
Desde
el primero de diciembre de 1920, una
cadena ininterrumpida de “mandones” nos
ha gobernado, sin necesitar hacerlo con apego a las leyes, tomando como arma
convencedora al “Ejército Nacional”,
hasta que un presidente “más inteligente” se le ocurrió que la Marina, sacara del mar sus barcos, y se volcaran sobre la tierra firme y, en diciembre de 2009 asesinaran literamente en Cuernavaca, a Arturo Beltrán leyva y varias personas más
acusadas, “sin acusación alguna”, que
fundara y motivara la causa legal del procedimiento.
Todo aquel que es privado de la vida sin que
se le oiga en juicio, ES ASESINADO “CON PREMEDITACIÓN, ALEVOSÍA Y VENTAJA,
AUNQUE LO GRAVE DE ESTOS ASESINATOS, ES
QUE LOS COMETA EL PROPIO GOBIERNO, QUE “SE SUPONE” ES QUIEN DEBE DEFENDER A LOS
CIUDADANOS, Y NUNCA ASESINARLOS ARTERAMENTE.
La rueda de la fortuna sigue dando vueltas y,
“Ante Randel Zeller, director de la
Agencia del Comando Norte de los Estados Unidos de América; Osorio Chong
reconoció el apoyo brindado por las autoridades estadunidenses no solamente en
equipo, sino en la capacitación para los instrumentos y destacó el apoyo, en
este caso, a policías federales enfocados a las acciones de protección civil.”
No nos
queda más que, vivir sin leyes escritas y, morir asesinados por las
“autoridades muy bien pagadas”, encargadas de protegernos, y como sentenció el Virrey Marqués de Croix, y hoy
repiten nuestras “autoridades,
Sustitutas
de las “coloniales”,
“…que, estando estrechamente obligados
todos los vasallos de cualquiera dignidad, clase, y condición que sean, a
respetar y obedecer las siempre justas resoluciones de su soberano, deben
venerar, auxiliar, y cumplir esta con la mayor exactitud, y fidelidad; porque
S.M. declara incursos en su real indignación a los inobedientes, o remisos en
coadyuvar a su cumplimiento, y me veré precisado a usar del último rigor, o de
ejecución militar contra los que en público, o secreto hicieren con este
motivo, conversaciones, juntas, asambleas, corrillos, o discursos de palabra o
por escrito; pues de una vez para lo venidero deben saber los súbditos del
gran monarca que ocupa el trono de España, que nacieron para callar y obedecer
y no para discurrir, ni opinar en los altos asuntos del gobierno”.
¡WAU!
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